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Gestión de los problemas de movilidad en las personas mayores
Los problemas asociados al envejecimiento pueden afectar a la capacidad de desplazamiento de una persona, o a su movilidad. Los problemas de movilidad pueden incluir inestabilidad al caminar, dificultad para sentarse y levantarse de una silla o caídas. La debilidad muscular, los problemas articulares, el dolor, las enfermedades y las dificultades neurológicas pueden contribuir a los problemas de movilidad. A veces, varios problemas leves se combinan y ocurren simultáneamente, afectando a la movilidad. También puede marcar la diferencia entre vivir en casa o en un centro.
El principal problema de movilidad que experimentan las personas mayores son las caídas. Las caídas son una de las principales causas de lesiones y muerte, por lo que la prevención es importante. Los huesos de las personas mayores se rompen con más facilidad, se curan con menos rapidez y pueden no curarse del todo. Si se fractura una cadera, pueden necesitarse permanentemente bastones, andadores o sillas de ruedas. Si la persona mayor tiene miedo a las caídas, hay que abordarlo, o puede llegar a tener miedo a moverse. Los médicos suelen comprobar si hay problemas de corazón y pulmones, y la revisión de la movilidad puede posponerse, o incluso pasarse por alto. Esto puede ser
Los médicos suelen detectar problemas cardíacos y pulmonares, y la detección de la movilidad puede posponerse o incluso pasarse por alto. Esto puede resultar sorprendente, ya que las pruebas de movilidad pueden ser relativamente sencillas. Con la prueba «Levántate y anda», se pide a una persona que se levante desde una silla, camine 3 metros, se dé la vuelta, vuelva a la silla y se siente. Se puede observar el tiempo que tarda y la estabilidad de la persona. Otra forma es observar la rapidez con la que caminan las personas. Deberían caminar más de un metro por segundo. Si caminan eso o más rápido, están en el rango normal; si son más lentos, pueden tener un problema de marcha, que aumenta las posibilidades de caerse. Un método que utilizan los investigadores de la Universidad de Alabama consiste en formular dos sencillas preguntas:
Por razones de salud o físicas . . .
- ¿Le cuesta subir 10 escalones o caminar un cuarto de milla?
- ¿Ha modificado su forma de subir 10 escalones o de caminar un cuarto de milla?
Estas preguntas pueden hacerse antes de la prueba. Una persona mayor probablemente sabe si tiene problemas para subir escaleras ─ y caminar un cuarto de milla equivale a una vuelta alrededor del nivel superior de un centro comercial de tamaño medio.
Formas de ayudar a prevenir los problemas de movilidad
- Manténgase activo. Un programa regular de ejercicio puede fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad. Al aumentar la fuerza y el equilibrio, una persona mayor puede maniobrar mejor y evitar una posible caída.
- Mantenga un peso saludable y una dieta sana. Es más fácil moverse sin cargar con peso extra, y hay menos tensión en los huesos y las articulaciones.
- Compruebe la posible influencia de los medicamentos. Los medicamentos con o sin receta, las hierbas u otros remedios pueden provocar somnolencia o distracción, lo que puede provocar caídas. Si los medicamentos afectan al equilibrio o al estado de alerta, hable con el médico de una dosis más baja o de un medicamento diferente.
- Identifique los riesgos de caída en el hogar y elimínelos. Preste especial atención al equipamiento de seguridad del baño y la cocina. Utilice apliques o alfombrillas de goma, asientos de inodoro elevados y pasamanos cuando sea necesario. Despeje la casa de desorden y de alfombras o cables sueltos. Una buena iluminación es esencial; utilice luces nocturnas en los baños, pasillos y, si es necesario, en el dormitorio.
- Pregunte al médico sobre ayudas para caminar. Si una persona mayor se siente un poco insegura, puede utilizar un bastón o un andador. No vaya a la farmacia y consulte primero a un médico o fisioterapeuta para saber qué tipo de ayuda necesita. Un fisioterapeuta se asegurará de que el bastón o el andador estén ajustados a la altura adecuada y podrá enseñar al anciano a utilizarlos.
- Compruebe regularmente la visión y la audición. Ver mal o no oír bien puede causar problemas de movilidad y provocar caídas. La persona mayor debe tener especial cuidado con las nuevas gafas bifocales o trifocales.
- Asegúrese de llevar un calzado adecuado. Se recomienda un calzado robusto, bien ajustado, de tacón bajo o plano y con buen agarre y apoyo. Si hace mal tiempo, haga ejercicio en el interior.
- Cree oportunidades para socializar. Busque actividades comunitarias que mantengan la movilidad de los mayores.
- Consulte con los hospitales locales, los centros de la tercera edad y los centros comunitarios para ver si ofrecen programas de ejercicios o de caminatas. Un compañero de ejercicios o de caminatas puede ayudar a los mayores a seguir un programa.
- Los servicios de alerta médica pueden aportar tranquilidad. Si le preocupa que una persona mayor tenga una emergencia mientras está sola, considera la posibilidad de contratar un servicio de alerta médica que le ponga en contacto con ayuda las 24 horas del día, con sólo pulsar un botón.
- No ayudes demasiado. No lo hagas todo por alguien porque tengas miedo de que pueda pasar algo. Él o ella necesita mantenerse activo y lo más probable es que prefiera seguir siendo independiente.
- Cuéntale al médico los problemas de movilidad y menciona cualquier caída. Algunas enfermedades, como la artritis, pueden afectar a la movilidad. A menudo, los riesgos pueden reducirse si se diagnostica y trata la enfermedad.